El ajo se utilizó desde la antigüedad por sus propiedades medicinales. Hoy en día no damos la importancia a ciertos remedios o alimentos que en nuestra dieta diaria los beneficios del ajo son muy buenos para nuestra salud. Dentro de sus beneficios encontramos que puede mejorar la aterosclerosis, ya que mejora valores de lípidos en sangre, mejorar la presión arterial y su actividad fibrinolítica (reducción de coágulos) y antiagregante plaquetario.
El ajo, si lo vamos a describir está compuesto por su bulbo subterráneo (cabeza del ajo) y este a su vez por un número de bulbillos (dientes). Dentro de sus componentes activos encontramos los azufrados. El de mayor importancia es la aliína dentro de varios. Cuando estos dientes son machacados o triturados, la aliína se transforma en alicina. Compuesto muy inestable.
Se considera que 1 mg de aliína equivale a 0.45 mg de alicina. Esto es importante por las preparaciones comerciales que estandarizan según el contenido de compuesto azufrado como la aliína o del rendimiento de alicina.
Antes de entrar en sus beneficios, debemos aclarar que si vamos a elegir ajo crudo y no suplementación. Debemos “activarlo” para conseguir sus beneficios. El compuesto activo es la alicina, pero para que la aliína se transforme por una enzima debemos “juntarlos”. Y por eso vamos a aplastar o triturar el ajo. De esta forma ambos se juntan y se produce la alicina. Además no se debe cocinar porque pierde sus efectos benéficos. Por último esperar luego de cortar/triturar etc. esperar 5 minutos para que se produzca la sustancia benéfica.
Se han descubierto o señalado diferentes propiedades farmacológicas. Vamos a explicar algunas según la evidencia.
Antioxidante: varias investigación mostraron que el ajo fresco poseía efecto antioxidante al poder inhibir la formación de radicales libres (moleculas dañinas), mejorando además mecanismos de captación de radicales endógenos y aumentan enzimas antioxidantes celulares. A su vez pueden proteger las lipoproteínas de baja densidad (LDL) de la oxidación por radicales libres lo cual es beneficioso para que no se depositen en las arterias.
Hipolipemiante: está bien documentado que puede mejorar la hipercolesterolemia bajando el colesterol total y el LDL. Se supone que el efecto está relacionado con la disminución de la biosíntesis de colesterol por parte del cuerpo. En un estudio de dos meses se trató pacientes con hipercolesterolemia y se observó una disminución del 29%.
La máxima reducción se ha visto con ajo crudo consumiendo 10gr (3 dientes).
Antiagregante y Fibrinolítica: se ha visto como el ajo contiene sustancias que disminuyen la agregación y liberación de plaquetas. Estas son las que forman coágulos y tapan arterias. Se considera que la alicina es el inhibidor principal. Lo que ayuda es inhibir la producción de tromboxanos y de esta forma disminuye la agregación plaquetaria y además disminuye la vasoconstricción arterial.
Hipotensora: En algunos estudios clínicos se muestra que en dosis de 600-900mg/día un efecto hipotensor. De todas formas son reducciones moderadas. Se debe a su efecto vasodilatador. Podría disminuir la presión sistólica entre 5-8 puntos y la diastólica entre 4-5 puntos.
Antimicrobiana y Antifúngica: la alicina es activa contra bacterias, como otros compuestos propios del ajo. A su vez es antifúngico ya que se demostró su actividad frente a Cándida y otros hongos.
Inmunidad: en estudios in vitro e in vivió se demostró que el ajo tiene varios efectos para mejorar la inmunidad de las personas. Puede estimular la producción de linfocitos y la fagocitosis (consumo) de macrófagos. Además pueden mejorar la actividad de las células asesinas naturales
Cáncer: evidencia muestra que puede mejorar el cáncer de colon y de intestino. La evidencia es un poco menor en el cáncer de estómago. Canceres muy comunes en edades avanzadas.
Dosis: aún no se ha propuesto una cantidad exacta, pero la dosis eficaz puede rondar unos 4 gr de ajo o 1.000mg de ajo pulverizado encapsulado. No debe si o si consumirse en ayunas, puede dividirse en el día.
Suplementos: existen en el mercado suplementos de extracto de ajo que nos solucionan el problema de consumir ajo fresco y el olor que nos deja. Básicamente son mejores en cuanto a practicidad. Su rango de dosis se encuentra alrededor de 1.000 mg de equivalente.
Reacciones adversas: el ajo es una especie que carece toxicidad en las dosis propuestas. Puede igualmente producir mal aliento o mal olor corporal. Recomendación comer menor cantidad de ajo y lavarse bien los dientes, a su vez consumirlo con algún alimento y no solo. En dosis elevadas puede producir dolor abdominal, saciedad, náuseas y flatulencias. Tener cuidado con las personas que si son alérgicas a este compuesto.
Interacciones: acá si debemos tener un poco de cuidado en personas que utilizan anticoagulantes como la heparina o Warfarina y/o antiagregantes plaquetarios. Ya que pueden favorecer la aparición de hemorragias. Ya que estimulan más el mecanismo de acción de estos fármacos .
Para resumir, me gusta ir mencionado alimentos y algunas propiedades, además de los suplementos más conocidos para ir abriendo el abanico de información. Muchos compuesto naturales pueden tener una eficacia a la de los medicamentos. O sin llegar a tener alguna enfermedad nos protegen de muchos factores. En este caso el ajo me parece un gran potente compuesto para agregar a nuestras dietas sobre todo cuando vamos avanzando en edad y debemos cuidar mucho más nuestra salud arterial.
Lic. Moreno Sacha